Viendo las inscritas de mi GGEE 30-34 en el IM de Vitoria y sabiendo que solo había un único slot para este GGEE, veía muy, muy difícil conseguir la victoria, pero tal y como reza el slogan de Ironman “nothing is impossible” y debía intentarlo con todas mis fuerzas. El domingo pasado luché para que todas las inversiones (tiempo, dinero, etc.) y sacrificios de esta temporada para una carrera que en sí mismo me motivaba poco, al menos valiera la pena.


A pesar de competir como mejor supe y dando lo máximo de mi rendimiento físico y mental, no pudo ser. El domingo, en Vitoria, iba de ganar o perder, no de hacer marca o estar en el podio, así pues, el 2º puesto final me supo a derrota.

El hecho de no conseguir el slot me supo mal por muchas razones, entre ellas, porqué tuve que rechazar competiciones a las que me hubiera gustado participar: Pontevedra LD, Ironcat, Salamanca LD, y algunos half. Pero sé que tengo un cartucho por temporada, de hecho, el año pasado, competir en Ironcat antes del IM Vichy lo pagué muy, muy caro porqué luego ya me dejó sin poder entrenar bien la carrera a pie, y es que aún a día de hoy arrastro molestias, con lo que también me condicionó el entrenamiento para Vitoria.

En el terreno personal, han sido tantas horas invertidas, tanto dinero y tanta ilusión en la que compañeros, conocidos y familiares abocaron en mi durante el año y el día de la carrera, apoyándome y confiando en que lo conseguiría, que ha sido una gran decepción personal y siento que les he fallado.

Aunque yo me sienta así, también sé que debería estar contenta por el resultado, y en el fondo, sé muy bien que los que me siguieron y vieron competir no lo vieron como un fracaso, más bien todo lo contrario, ya que no tiré la toalla en ningún momento y lo hice lo mejor que pude hasta casi desplomarme en meta, manteniéndolos en tensión hasta el km 38.

El triatlón es un deporte que se mide individualmente, pero el logro muchas veces es gracias a un equipo, y por esto les debo mucho a la gente que me estuvo rodeando esta temporada. Ellos ya lo saben, ya se lo he dicho, pero me gusta recordarles que el gran resultado no ha sido solo mío. No sé como agradecérselo, lo único que puedo hacer es dar las gracias una vez más a Joan Ramon, Tina, Òscar, Miki, Emilio, Manel, Lino, Romain, y como siempre, gracias URI!

A pesar de no conseguir el slot, el fin de semana ha sido fantástico, ya que una de las cosas buenas que tiene la franquicia Ironman, es como tiñe las ciudades de triatlón y del color de su marca. Permite a los triatletas acercarse a los profesionales en la expo y disfrutar de la ciudad. Eso pudimos hacer con los deportistas del T3 Team y supporters que vinieron a animarnos en un entorno muy propicio para eso: el País Vasco y Vitoria.

Con una magnífica pareja y dos grandes triatletas: Ruth Brito y Eneko Llanos

Volviendo a la no clasificación y siguiendo con el análisis positivo, también puedo ver que me ahorro el dinero de la inscripción a Kona (casi 1.000€) y además que iremos mucho más relajados y descansados en nuestra luna de miel, pudiendo disfrutar del espectáculo en Hawaii desde el otro lado.

Es cierto que como entrenadora buscaba la clasificación para competir en el Mundial de IM de Kona, te da cierto caché entre los deportistas, pero como triatleta no profesional, no es el objetivo que más me motiva, así que si vuelvo a estar algún día en forma, dudo mucho que lo intente de nuevo.


Entrado en los detalles de la preparación para el Ironman de Vitoria, resumidamente lo he entrenado de la siguiente forma:

– últimos 7 meses –
  • Nadando para mantener (3-5d/semana).
  • Bici todo lo que he podido por tiempo disponible: de enero a mayo salí siempre que pude con «mis deportistas» (*) que preparaban Ironcat (mucha Z2), y después de exámenes, ya a ritmos específicos (Z2/3) y añadiendo algunos cambios más fuertes (>Z4).
  • Y la carrera a pie lo mínimo, según molestias y sin cambios de ritmo.
  • Otros aspectos importantes, lo que sería el entrenamiento invisible, no los cuidé mucho, ya que comí desordenadamente durante el curso, no practiqué demasiado la nutrición en carrera, no pude dormir las horas que me hubiera gustado, y tampoco tuve ganas ni tiempo de ir al gimnasio para trabajar la fuerza.
* Miki – Uri – Ivet – Joan Ramon – Òscar *

A pesar de que no fue una preparación excepcional conseguí un nivel muy bueno de rendimiento, me sentía más fuerte que nunca considerando el triatlón como el conjunto de las tres disciplinas, ya que corriendo me faltaba bastante ritmo y fondo, pero lo compensaba la natación y bici.


En cuanto el día de la carrera os dejo una pequeña crónica de lo vivido:

  • Natación: 57’36» (a 1’30″/100). Salimos a la vez con Uri y Emilio en el bloque de <60′, por nuestro nivel y para no pillar drafting en la bici. Pudimos nadar juntos, una pasada, un gustazo ir a los pies de Uri una vez más y los tres encabezando un grupo, aunque en los primeros 2km los perdí algunas veces porque íbamos adelantando a mucha gente
Uri al fondo y Emilio justo delante
  • T1: 3’57». Algo lenta porque no me salía el neopreno, ya que no me puse crema hidratante por la mañana y no resbalaba en los brazos ni tampoco en las piernas, pero me fue bien poniéndome casco, calcetines y cogiendo algunas barritas para el sector de bici.
T1
  • Bici: 5h05′ (35km/h – 3,2w/kg). Tiempo tal y como estaba previsto a pesar de apretar 2-3w más, que los compensaban las frenadas debido a los fuertes giros y adelantamientos a doblados. Puse como objetivo ir a 160w NP apretando un pelín más en los repechos, sabía que era un IF un poco elevado (77% FTP) pero debía arriesgarme si tenía fuerzas. Me puse 1ª al salir de la T1 adelantando a Ekaterina Shershen, una ex profesional olímpica, y con la 3ª recortándome muy poco a poco las diferencias. Durante los primeros 70km fui a 165w, pero luego mantuve a 160w sin flaquear, con energía. Tuve más sed que nunca, bebí demasiado y además no me comí 3 de las barritas que llevaba. Notaba la barriga a tope, sin haber digerido nada deseando que se solucionara al bajar de la bici.
  • T2: 2’32». Todo bien aunque magullada del sector de bici por estar tanto rato acoplada. Me puse el dorsal, cogí las chuches, la visera y a correr.
km 5
  • Carrera a pie: 3h33′ (5’03″/km). Al bajar de la bici y empezar a correr noté que algo no iba bien: empecé con el flato habitual y pensé que aflojaría o que se iría o los pocos kms, pero no, todo fue a peor, ya que seguía con mucha sed, sin asimilar el líquido, doliéndome la barriga y sin apetecerme las golosinas ni los geles. En el km 5 la pájara ya empezaba a aparecer, cosa poco común en mi, y como consecuencia los cúadriceps y gemelos empezaron a contracturarse y fallar. Preveía una maratón agónica y así fue. Estaban Joan Ramon y Tina animando a todos (foto) y cantándome los tiempos, diciéndome que no sacaba ventaja a la 2ª: yo seguía en 1ª posición y venía Karen Schultheiss a la caza (ex-pro suiza). No me podía permitir reducir la marcha y estaba sufriendo demasiado para los km que me quedaban. No recuerdo en que momento no pude más pero empecé a andar en los avituallamientos, cosa que no había hecho nunca hasta entonces en una carrera, pero no podía más, lo estaba pasando demasiado mal y pensaba que en algún momento me iba a caer por el mareo o por fallo muscular. Sabía que me pasaría Karen, Maja o alguna otra, pero no podría hacer nada más. Igualmente no me rendí, no paré de intentar correr a pesar de que en el km 38 me dijeron que ya me había adelantado (virtualmente, porqué tomó la salida más tarde que yo). Corrí todo lo que pude, hasta cruzar la meta y lo hice por respeto a todos los que estaban dando soporte desde casa o en Vitoria, pensando que sería el último IM en mucho tiempo y pensando en las vacaciones que vendrían después. De todos modos, 3h33′ de parcial en la maratón ya era mejorar 1’30» mi previsión y aún más considerando que había 32 giros de 180º.
  • Meta: 9h43′. Entré pidiendo disculpas a todos los que confiaban en que lo conseguiría, con una enorme pena, mucho mareo y mucho dolor. Entré en 2ª posición de GE 30-34 y 10ª general, incluyendo las PRO.

La verdad es que salieron los tiempos y ritmos tal y como había previsto, incluso unos segundos menos, así que lo considero como un éxito si no pienso en el slot.


Me despido de los entrenamientos «obligados», como dije en el anterior post. Ahora toca hacer deporte según me apetezca y antes de acabar la temporada estaré en la línea de salida del Half de Mequinenza y el Half de la Ballena Alegre. Y en el IM Kona también, ¡pero como espectadora!

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